propuesta: Parte de un interés de los niñ@s hacia a la fotografía. La popularidad de las cámaras digitales es tremenda en los tiempos que corren y da origen a la sensación que todos podemos sacar una fotografía y sí no queda bien podemos borrarla sin problema alguno. Incluso, se puede ver en la pantalla de la cámara digital lo que va a ser fotografiado, sin necesidad de usar el visor. Uno puede sacar una foto a uno mismo y al instante ver cuánto de guapos hemos quedado. Todo funciona milagrosamente bien en la magia de lo digital. Pero ¿la magia está de verdad en lo digital o en el proceso de la fotografía que nuestros “ancestros” descubrieron ya hace mucho?
Pues, esta aventura es una propuesta de recuperar la magia ancestral de la fotografía. Dar la posibilidad de que los niñ@s puedan experimentar el proceso más rudimentario de hacer una fotografía: sin cámara, tan solo con una caja de cartón.
Otra de la magia por experimentar es, el momento delicado de hacer una fotografía. Dejar la fugacidad y el despropósito del acto de hacer una fotografía con una cámara digital, tornándolo más calculado. No es una idea de racionalizar el momento de fotografiar, sino, de darle más importancia y con esto el niñ@ pueda ser más consciente de aquello que va fotografiar. Que el niñ@ pueda ser consciente de cuáles son sus elecciones a la hora de fotografiar, el porqué de fotografiar este paisaje o aquél objeto. Poner especial cuidado en el encuadre, en la relación con lo que queda alrededor, etc.
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